Playa de San Pedro de Antromero |
Nuestros pasos nos llevan a lugares desconocidos, y nuestras pisadas nos hacen avanzar (o quizá retroceder) hacia aquello que es aún más desconocido..., y mientras tanto la lluvia comienza a caer, mojando nuestros cuerpos, recordándonos que también podemos llorar. A veces buscamos cristales y, en su lugar, encontramos animales, escondidos bajo rocas, que no quieren ser descubiertos, como cuando no queremos que nadie sepa qué/cómo somos y es la noche la que nos esconde.
El camino no está definido y no siempre sabemos cómo iluminarlo,
ResponderEliminarni si queremos iluminarlo. A veces iluminar el camino nos ilumina
a nosotros, y caemos en la tentación de esperar la noche para escondernos.
Pero no importa si avanzamos o retrocedemos, si iluminamos o andamos a oscuras,
el tiempo no nos espera, y nuestros caminar nos es más ajeno de lo que queremos.
Indudablemente, a veces creemos avanzar y no estamos sino retrocediendo, otras veces creemos retroceder y avanzamos sin ni siquiera saberlo. Iluminados o a oscuras, entre tinieblas o bajo cielos despejados..., podemos escondernos pero nuestras huellas siempre quedan.
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