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lunes, 28 de enero de 2013

El equilibrista

Medía cada uno de sus movimientos. Se movía tan lentamente que cualquiera hubiera pensado que ni tan siquiera se estaba moviendo. Probablemente se debía a que tenía un miedo atroz, un miedo desproporcionado a que le descubrieran, a que se dieran cuenta de que podía ser capaz... de amar a alguien.

4 comentarios:

  1. Y así pasa la vida, haciendo equilibrios, completamente desequilibrado.

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    1. Equilibrios que conducen al más absoluto de los desequilibrios.

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  2. Talvez el miedo de caer... o lo contrario?

    Saludos C:

    Ingrid.

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    1. O el miedo a mantenerse en un equilibrio tan frágil como el cristal.

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