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miércoles, 26 de enero de 2011

El principio...

Quizá vuelvas a necesitarme un día. Tendrás que escuchar en tu interior y notarás que estoy dentro de ti. ¡Cierra los ojos! Cerré los ojos obediente y sentí un beso leve sobre mis labios...
(Demian, H. Hesse)

Siempre hay un comienzo para aquello que sucede, pero ¿dónde situarlo?, quizás en el momento en el que las imágenes del destino dejan de descansar.






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