En el mundo hay una lugar para cada persona, un hueco que ocupa y siempre ocupará. Cuando alguien falta parece que su espacio se convierte en un pozo sin fondo, en un gran agujero que en ocasiones puede atemorizar a quien se toma el tiempo para contemplarlo. Puede llamarse vacío, o quizá denominarlo ausencia, pero nunca caer en el olvido. Aunque no haya flores ni personas que puedan llenar ese espacio, si volvemos, y no olvidamos, será bonito recordar la felicidad de los momentos vividos, a pesar de la tristeza que ello evoque.
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