Empezó
a pensar en un nuevo teorema, y se olvidó de respirar. Al principio esta nueva
situación no parecía producirle ningún tipo de malestar. Sin embargo, pasada
una semana, comenzó a sentirse extraño en su propio cuerpo. Primero fueron sus
extremidades las que se rebelaron, y más tarde esa extrañeza fue extendiéndose
al resto de su cuerpo...
Imagen: Pixabay |
El
ruido que provenía de la cocina le despertó. Abrió los ojos y el olor del café
recién hecho le hizo sentir que podía ser un buen día para empezar algo nuevo.
Quizás había llegado el momento de abandonar su jaula.
Imagen: Pixabay |
No hay comentarios:
Publicar un comentario