Luces que iluminan, sombras que difuminan. Ventanas que dejan entrar aquello con lo que pintar nuestras vidas. Jugando con fuego, jugando con agua, jugando a que somos y no somos. Disfrutar de los trazos sin seguir las líneas. Mirar sin dejar huella. Dejarse guiar por la luces y dibujar con ellas las siluetas que recorren y acarician nuestros sentimientos.
Vamos y venimos, nos despedimos... y a menudo, no volvemos a vernos.
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VII-X-MMVII
Encuentros y desencuentros. Tan lejos y tan cerca.
ResponderEliminarY sólo quienes se encuentran y se despiden conocen el verdadero sentido de sus actos y el color de sus sentimientos (o no).
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