En el año 1914 el brillante científico Aleksandr Bogdanovitch, botánico ruso, se embarcó en una de las aventuras más importantes de su vida: buscar el elixir de la inmortalidad. Para ello se adentró en los bosques encantados de la Bretaña francesa, en la espesura de los bosques de Brocelianda, con la esperanza de encontrar en ellos alguna planta milagrosa... Sin embargo lo que encontró distaba mucho de lo propio de una investigación botánica, y se acercaba más a una senda inesperada y mágica. Su expedición dio lugar al descubrimiento de un universo escondido en el seno de un bosque lleno de leyendas, y así nació su Herbario de las hadas.
Ilustración Benjamin Lacombe para El herbario de las hadas |
Algunos jamás buscaríamos la inmortalidad. ¡qué cansancio! Como mucho agradeceríamos algún paréntesis en la vida o si se pudiera volveríamos a buscar algo que dejamos atrás. Pero,... encontrar HADAS. Por suerte no hay que ir a buscarlas a los bosques, a veces simplemente aparecen. (Y mientras puedes, disfrutas con su halo).
ResponderEliminarQuizás a veces buscamos tan lejos y están tan cerca. Aunque no creo que se dejen ver tan fácilmente.
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