Pensaba que nadie descubriría su secreto, que nadie llegaría a saber cuál era su verdadero juego, del que ya se había hecho un verdadero experto, cuando cada mañana se miraba al espejo y se colocaba su máscara, esa máscara que ya no se quitaba hasta que se refugiaba de nuevo entre las sábanas, al caer la noche. Era entonces cuando todos sus fantasmas hacían acto de presencia, cuando sus más oscuros secretos salían a la luz y le robaban el sueño. Pero creía que sólo ese espacio conocía la verdad, la mascarada que cada día representaba ante el mundo. Creía estar engañando a la vida, cuando era un engaño a sí mismo. Sin embargo, ella lo supo desde el primer momento. No le hizo falta ninguna respuesta a ninguna pregunta. Sólo observar más allá de lo que, a simple vista, podía verse.
Foto V.C.G. para Las discordias de Hera |
Vuela pensamiento, con alas doradas...
ResponderEliminarpósate en los valles y en las montañas
donde exhala su suave fragancia
el aire dulce de la tierra natal.
(Coro de los esclavos. Nabucco, Giuseppe Verdi)
En la orilla del Éufrates..., "Va pensiero". Un canto a la ilusión "perduta e lontana".
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