A cada paso que daba le parecía sentir una presencia, quizá fuera simplemente fruto de su imaginación, aunque últimamente tal cosa brillaba por su ausencia, como muchas otras cosas. Continuó su camino, pero de pronto creyó escuchar una voz, más bien una conversación en susurros..., dobló la esquina, dejándose llevar por aquello que creía escuchar. Y allí estaban, sin duda eran ellos. Se apoyó en la farola más cercana, tratando al mismo tiempo de que le sirviera de escondite. Era la primera vez que les encontraba, sabía de su existencia, pero sólo por habladurías y comentarios, sin embargo esta vez estaban ante él, eran reales, o eso quería creer porque al día siguiente, cuando volvió al mismo lugar a la misma hora sólo quedaba una sombra de ellos, una imagen que le recordaba lo que había sido el haberlos tenido allí, tan cerca y a la vez tan lejos. Un recuerdo de la ausencia de su presencia.
Foto O.R.G. |