A finales del siglo XIX y principios del XX se comenzaron a desarrollar diferentes estudios acerca de las relaciones entre la enfermedad mental y la creación artística. Algunos teóricos del arte creían en los valores del instinto, la pasión, la violencia y la locura. El arte, según su concepción, era una pulsión básica que brotaba de la persona hacia la obra, dando lugar a una especie de "delirio inspirador".
Quizá nuestros monstruos de hoy sean las creaciones del mañana.
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