"Cuando me siento feliz tengo miedo. Cuando sufro tengo miedo. Cuando no siento nada y no tengo miedo de nada, sé con certeza que he perdido el equilibrio" (Caterina Bonvicini).
Pero quizás el equilibrio lo perdemos cuando sentimos tanto y tenemos tanto miedo de sentirlo que no sabemos hasta dónde podemos llegar.