Sólo quería desaparecer, diluirse como un líquido que se escapa de las manos, difícil de retener, que tan solo un recipiente sin vida podría contener. Anhelaba lo que no tenía, tenía lo que no anhelaba. Había llegado a su propio umbral de dolor, a ese umbral en el que uno no es nadie, en el que todos son ninguno, en el que la muchedumbre, lejos de ser un consuelo, es una penitencia. A ese umbral en el que cada cual decide dónde pondrá el punto de inflexión, si fuera de sí mismo o dentro de su propio ser (lleve eso a donde lleve, y sea eso lo que quiera que sea).
Entonces abrió el grifo del agua y la dejó correr..., y se quedó allí, escuchando su sonido, viendo cómo algunas gotas parecían saltar..., y se dejó llevar por ella, como en un baile pero al revés.
Está muy bien. Maravillosa música para el espíritu. Según el diccionario de la RAE el término "vals" viene de la palabra alemana "walzen", que significa "dar vueltas".
ResponderEliminarDice Anita que lo ponen a veces en Viena, que es uno de los valses del Concierto de Año Nuevo y que ella no se lo pierde nunca.
Comentario hecho con el permiso de Anita para el bloc creativo de Hera.
Me alegro de que te guste el vals Patry :) A ver si así te animas a actualizar tu blog...
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