Paseaba bajo la tenue luz del sol. Se paró a mirar un escaparate lleno de libros y sonrió a una desconocida bajo ese cielo. O mejor dicho: sonrió a una desconocida porque, durante unos instantes, le recordó a aquella persona a quien amó tiempo atrás.
Y siempre buscándola, pues su sonrisa está al alcance, o eso quiere seguir creyendo.
ResponderEliminarProbablemente a todos nos resulte grato el encuentro de una sonrisa.
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