Las estrellas no dejaban de brillar, como luces que alumbrasen su camino, pero aún así se hundió en su noche, como un adicto, invadido por ella, y el placer que sintió fue tan infinito que prefirió permanecer eclipsado, mordiendo un mundo que iluminaba su mitad desconocida.
http://www.youtube.com/watch?v=5eFAe2Ia1VY
ResponderEliminarLo pequeño se hace a veces tan grande.
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