Y mientras la luz del faro iluminaba la noche escuchó el latir del corazón del mar, o puede que fuera el de cualquier otro corazón tan cercano como el suyo propio. No sé lo que pasará en el futuro, dijo él, sólo sé que me gusta este presente...
lunes, 24 de septiembre de 2012
sábado, 22 de septiembre de 2012
jueves, 13 de septiembre de 2012
martes, 11 de septiembre de 2012
domingo, 2 de septiembre de 2012
Anocheceres rojizos, amaneceres tardíos
A veces avanzamos sin luces, contra el viento, únicamente apoyados en el corazón de quien nos espera con las manos abiertas buscando dónde late nuestro pulso. Y de ahí horas que se suceden bañadas por tenues luces que acompañan nuestras respiraciones, nuestros movimientos. Y cuando salimos de nuestra pretendida conquista nos prometemos a nosotros mismos no volver, no palpitar de nuevo en ese mundo, no encadenarnos a un abismo que puede llegar a quebrarnos.
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