Miradas que se encuentran, que se buscan, en el momento de excitación, de agitación, corporal y mental. Quizá porque en ese momento no es posible conjugar los verbos, ni encontrar las palabras, quizá porque ni tan siquiera existen verbos y palabras que puedan decir aquello que aparece en la mirada, aquello que ella sí conjuga, aquello que ella sí es capaz de decir aunque tu voz no te responda.
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