Aquello que necesitamos hace que nuestra mirada brille y que se acelere el ritmo de nuestro corazón. En ocasiones es un hilo muy fino, o un sonido apenas audible, pero en el momento en el que lo escuchamos, en el momento en el que notamos nuestro corazón moverse, ese es el indicio de que debemos perseguirlo, el indicio de que nuestro sueño no está programado. Y nos dejamos llevar como acróbatas sin red...
Tienes mucho talento.
ResponderEliminarTodas las semanas espero con ansias entrar en tu blog para poder ver si has escrito algo nuevo.
Gracias.
Gracias a ti por acercarte a mi blog, y por leerme.
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