Mientras uno viva siempre descubre cosas sobre sí mismo, y por mucho tiempo que pase desnudo escrutándose ante el espejo, éste nunca llegará a reflejar su interior. Así, a veces (si todo va bien), podemos aprender que lo que de veras da calidad de vida no se encuentra en cosas fijas e inmóviles, como los resultados, las cifras o las clasificaciones, sino que se halla, inestable, en nuestros propios actos. (H. Murakami)
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