No se pueden esconder los sentimientos para siempre, no se puede guardar todo, ni en cajas, ni en rincones oscuros, ni tan siquiera en algo tan profundo, y líquido, como el fondo del mar (por ver si fuera posible que ahí se disolvieran de forma casi imperceptible). No podemos estar siempre a salvo (menos aún de nosotros mismos).
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