El teatro se sitúa entre la poesía y la ópera, en un lugar limítrofe en el que se crean personajes que querríamos o podríamos ser, en el que a veces se confunden la realidad y la ficción, y se unen los deseos y los sentimientos, propios y ajenos.
Fotografía de Masha Ivashintsova (1942-2000), año 1988 |