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martes, 24 de julio de 2012

De lo visible y lo invisible

Allí te encontré, sediento, podría haber sido tan cerca del mar como de cualquier otro lugar. Perdido en el medio de tu universo mágico-paradójico, tratando de descifrar un jeroglífico para el que ni tan siquiera los sabios tendrían respuesta. 
Levantaste la cabeza pero no fuiste capaz de verme, sólo te viste a ti mismo inmerso en la vorágine de tu propio yo.
(P.D. Quizá sea cierto que existen hombres de hojalata para quienes el mejor regalo sería el corazón de quien les ama)

3 comentarios:

  1. ¡Eureka. Ya sé porque me gustan tus pensamientos.
    Consigues que cualquiera que te lea piense que has escrito para él.
    Algunos (¿seremos los del corazón de hojalata?) hasta nos lo creemos de verdad.

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  2. Personas espejo que cuando te miran solo ven su propio reflejo. Me ha gustado mucho.

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    1. Ya, y puede que ese reflejo, a su vez, ni tan siquiera sea algo cercano a ellos mismos. Me alegro de que te haya gustado. Un placer tu visita por aquí.

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